(Dibujo de la foto de: Frank-Joachim Grossmann)


Cómo surgió el amor entre tú y yo es una historia que no sabría explicar, yo creo que simplemente sucedió...

Recuerdo aquel día hace ya más de 10 años cuando llegué a casa diciendo firmemente: voy a tocar el saxo. Mi padre creyó entonces que estaba loca, que no eras más que un capricho pasajero, un simple antojo del momento...y me dijo que no...Pero era algo que ya estaba decidido, hacía mucho que ya te amaba en secreto y era el momento de confesarlo.

La espera hasta que aquel primer amor llegó a mis manos estuvo llena de nervios y de mucho aprendizaje porque, sinceramente, mis conocimientos musicales eran escasos si no nulos...pero llegó el día y apareció una especie de simbiosis o más bien una completa dependencia por mi parte de la que ya sería muy difícil desprenderse...

Con ese primer amor y con otro muy parecido a ti pasé una bonita etapa entre tardes a solas llenas de horas encerrados juntos en mi habitación molestando a los vecinos y ratos plagados de amigos, ensayos, conciertos y mil historias buenas y malas que guardo en un precioso cajón de nostalgia de lo ya pasado. Y es que un día todo cambió y no fue fácil la despedida y aún menos aprender a vivir sin...sin la mitad de mi corazón...

Mucho tiempo ha durado la tristeza y la melancolía hasta encontrarte a ti...mucho tiempo de estar sola pensando en un sueño que no sabía cuándo llegaría, pero llegó...

Hacía frío cuando fui con mi padre a la tienda, no esperaba encontrarte allí la verdad, más bien era una primera toma de contacto para ir haciéndome creer a mí misma que el día se acercaba. Llegué preguntando por aquel último amor que tuve que dejar porque realmente no me atrevía a preguntar por ti, no era capaz de pensar en aspirar a tanto, sin embargo, casualidades o no de la vida, sólo estabas tú..fue un completo amor a primera vista, ya no podía dejarte allí y separarme de ti. Desde ese momento estás conmigo, siempre cerca, siempre a la vista...

Has tardado en llegar, han sido más de 4 largos años sin poder sentir la textura del metal frío, sin el sonido de tus llaves al abrirlas y cerrarlas, sin el sabor de las cañas, sin el dolor en el labio después de horas tocando, sin abrazarte mientras hago cualquier cosa o sin tumbarme simplemente a mirarte...Ahora vuelvo a tener todo eso y mucho más, aunque a veces no puedo evitar echar de menos ciertas cosas del pasado, no cosas concretas, más bien cosas ritualistas...el hecho de preparar un concierto, el ensayo justo antes, las sillas en el escenario, los atriles vacíos esperando que salgamos, el saber siempre el orden en que salir, el orden donde sentarse, incluso el orden para afinar...Pero bueno, quién sabe, tampoco esperaba tenerte, así que quizá al menos por un día volvamos a vivir eso juntos...

Un regalito para el que le apetezca escuchar algo bueno: Kenny Garret & Miles Davis

3 comentarios:

illeR dijo...

Que bonito!!

Yo soy una negada para la musica, aunque me encantaria tocar el piano y la guitarra.

Me lo parece a mi o el saxofon esta ganando en popularidad, cada vez conozco a mas, y mas gente que lo toca...

patri... dijo...

Gracias!

Pues ojalá esté ganando, para mí es el instrumento estrella, aunque tb tengo por ahí algún trauma por no tocar el piano y la guitarra, pero bueno, igual algún día se le puede poner remedio a eso también...

Alive dijo...

Igual yo..algún día..
tambien llego a casa..y aunque no sea a mi padre..le pida a mi marido que me compre una guitarra...y me apunte a clases para enseñarme a tocarla..
recuerdo cuando iba a campamentos de pequeña...de adolescente..
y al terminar de cenar nos sentabamos todos al lado de una hoguera formando un circulo..
y cantabamos al son de la guitarra de cualquiera de los monitores...
y envidiaba..
queria tocar!!
Pero claro..se quedo ahi..sin mas!!
Aun a veces...ahora..
cuando veo a alguien en un banco pidiendo..mientras toca al son de su guitarra...
siento envidia..
envidia sana pero..no se,tal vez algún día,no??
Besos