Me he tomado un pequeño descanso de mi reclusión en las profundidades urbanísticas que tan poco me gustan, es un hecho, odio hacer urbanismo...y estaba yo tranquilamente fumándome mi cigarrito y he pensado: qué a gustito estaría yo ahora mismo tomándome un cafelito con mi pequeña...En fin, como no puede ser hoy pues he caído en la cuenta de que todavía no había escrito nada de ella por aquí y eso no puede ser.

Mi querida pequeña del alma se llama Elen, es...iba a decir que mi amiga, pero es mucho más que eso, es mi hermana, es un precioso regalo que encontré cuando me vine a vivir a Granada. Hace ya más de 5 años que vivo aquí, durante mucho tiempo de mi vida me encargué de hacerle el cuerpo a mi familia de que a los 18 volaba del nido para que no les pillara por sorpresa, y la sorpresa fue después en realidad que había puesto tanto empeño en que ellos lo asumieran que se me olvidó que yo también tenía que asumirlo. Así que cuando llegué a estos lares sin conocer a absolutamente nadie estaba lo que viene siendo acojonada...pero no pasa nada, lo que no te mata te hace más fuerte y afortunadamente la primera semana todo empezó a tomar color.

Elen y yo nos conocimos por una circunstancia muy concreta: ella es como es y no puede evitar ser buena hasta con la mayor desconocida del mundo que era yo en ese momento. Primer día de clase de geometría y yo que llegaba un poco tarde encontrándome que éramos tantos que ya ni cabíamos. Pero de repente veo a una muchachita que se da la vuelta y empieza a agitar su brazo efusivamente y a señalar un asiento. Después de mirar varias veces a los lados para ver a quién carajo estaba llamando me di cuenta de que era a mí, así que allí me planté yo a compartir mesa con aquella desconocida que en ese momento me parecía una colgada (ahora tampoco es que ande muy allá).

Quién nos iba a decir a ninguna de las dos que ese día y ese momento de locura tendría tal repercusión después y es que desde entonces no hay quien se atreva a separarnos.

Sinceramente yo creo que todo esto ha sido por obra y gracia de ella, porque la realidad es que yo le suelo caer mal a la gente de primeras...mal no, peor incluso. Pero ella es una de estas personas que siempre tienen una sonrisa en la boca y que siempre siempre tienen una palabra bonita y un mejor pensamiento para los demás, es así, es lo que la hace tan especial, que vive en su dimensión paralela en la que hay miles y miles de cosas buenas por las que sonreír y nada o casi nada por lo que preocuparse o tener un mal día.

Después de una rutina maravillosa que habíamos establecido para todas las cosas (cafelillos de mil horas, cervezas de más y más horas, salidas surrealistas, visitas a Málaga, muchas noches en vela currando como cabronas haciendo construcción, comidas estupendas en casa de los Estella y en mi piso, etc, etc,etc...) pues la muy pava no tiene otra cosa que hacer que llegar diciendo que se va de Erasmus...a Roma nada menos. Y allí que se fue como las locas y aquí que nos quedamos el Flaco (también conocido como Javier Cabrero - Arquitecto, a él ya le dedicaré su post que bien se lo merece) y yo comiéndonos los mocos. Total, que como mi paciencia tiene un límite y yo necesito mis regulares cafés con la pequeña para referir (que no para criticar), nos faltó tiempo para ir a Roma a visitarla y cambiar por unos días los cafés del Pepe's por los capuchinos de Villa Borghese.


Así, poco a poco, gracias a las visitillas de la una a la otra conseguimos superar el añito loco de la enana, porque vaya año se pegó la mamona...

Por suerte regresó y, aunque todo en la vida te cambia, ella sigue y seguirá siendo siempre la pequeña "Moni" de su casa con ese encanto tan particular que sólo ella puede tener, con ese despiste que sacaría de quicio a cualquiera pero con el que al final te tienes que reír, con esos prontos raros que le entran sin explicación para hacer planes surrealistas, con sus eternas visitas sorpresas a mi piso para traer unas cervecillas, para comer, para tomar café o simplemente para decirme que me quiere.

En fin, que me estoy poniendo pesada de cojones, pero es que la adoro, ella ha hecho siempre que todo fuera más fácil, se convirtió en mi familia cuando más sola estaba e incluso me ofreció la suya que me trata como a una más, así que me faltan días en la vida para darle las gracias lo suficiente por todo lo que me da.

P.D.: vaya post más moña que me ha salido, pero es que llevo desde el viernes encerrada en mi piso trabajando con cuatro maromos y no puedo evitar echar de menos a mis niñas.